Descendencia: arte santiaguero de todos los tiempos

Como parte de las actividades de celebración por la Jornada de la Cultura Nacional se inauguró en la Casa del Caribe de Santiago de Cuba, el pasado 15 de octubre, la exposición colectiva Descendencia. Esta muestra contó con la presencia de reconocidos artistas de la plástica santiaguera de disímiles generaciones. La misma fue dedicada al aniversario número 75 del natalicio del poeta Jesús Cos Causse.

Descendencia es una palabra que muchos ligan a lo biológico, sin embargo, está permeada por un sinnúmero de elementos, fundamentalmente culturales. Dice Alfredo Fressia que «el tema de toda descendencia es el tiempo». El tiempo que a veces es mal juzgado, porque es implacable. Como expresó Cos Causse «El tiempo nos devora/ hasta el taburete de abuela se hizo cenizas». No obstante, es el único capaz de unir lo añejo y lo nuevo, entonces también trae regocijo.

La descendencia se convierte en vocablo preciso para esta confluencia, donde varias generaciones se dan cita en el caribeño lugar. La herencia, lo cultural, lo fecundo, da fe de que el arte está más vivo que nunca. En esta oportunidad, maestros y aprendices, padres e hijos, se articulan para crear genealogías del arte cubano.

Vemos a aquellos que han tejido la urdimbre de la historia en la ciudad, José Julián Aguilera Vicente, Ferrer Cabello, Pedro Arrate, patriarcas de la creación en la urbe. «Qué será del caballero de sombrero elegante y bastón simpático, diciendo adiós sonriente siempre. Existirá todavía la pluma de pavo del poeta (…)».  Pues sí, están ahí, con sus obras, enérgicas, a pesar de pertenecer a otra época.

Por otro lado, aparece una generación continuadora del legado, Alberto Lescay y Guarionex Ferrer, figuras fundamentales del acontecer artístico, que con sus obras motivaron un punto de giro en las artes visuales con piezas «monumentales», no solo en bronce, sino también en caballete. Carlos René Aguilera, Joel Aguilera, Josefina Aguilera y Grettel Arrate, una generación comprometida, insaciable, donde no prima el arte por el arte, sino una vida dedicada a la gestión cultural.  

Luego los sucesores, valientes y lanzados. En los nuevos tiempos se han propuesto salvaguardar sus antecedentes pero ofreciendo la gracia del hoy. Los nuevos códigos visuales se adhieren a esta muestra a través de las obras de Alejandro Lescay y Marlon Aguilera Fleitas. Hay continuidad, el arte tiene quién lo preserve y defienda. La Casa del Caribe en esta Jornada por la Cultura Cubana preconiza una vez más la apreciación de la historia más cercana, de las raíces, la herencia cultural que debemos hoy más que nunca proteger. 

Fuente: UNEAC

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