¡Silencio!… se habla de arte.

La cita estaba hecha hacía ya más de seis meses. Fecha, hora, lugar… como en los romances de antaño. Quizás no tan a ciegas, pero sí en “silencio”.

Había nacido en la distancia, como suele suceder en estos tiempos de globalización interconectada. Lejos de Cuba. Allá hay que llenar el tiempo y mover el alma… o viceversa.

Requirió trabajo arduo llegar al estreno. Pero en cada trazo Alejandro Lescay reforzaba la idea de hacer una serie partiendo de esos dibujos y de toda esa figuración.

Asistimos a la génesis de este amorío cuando, en octubre del pasado año, el joven artista ya “reservaba” la galería Arte Soy para llenarla con sus cuadros en el marco del XXXIX Festival del Caribe.

Describamos el espacio: Arte Soy se instaló en un amplio edificio de mediados del siglo XIX, convertida luego en un vasto almacén y más tarde uno de los espacios galerísticos más ambiciosos de la ciudad. Un reto para cualquier artista plástico por el volumen de obras que exige en cuanto a tamaño y calidad.

Personajes recurrentes en varias esculturas y placas de bronce del artista ya eran cómplices de estos “silencios”. Sin embargo, el espacio visual santiaguero solo conocía una de estas obras, presentadas al Salón “SAFE”, que promueve hace varios años la Galería de Arte Universal:

“Me gusta siempre, antes de una serie, tratar de lanzar una obra al público para recibir la retroalimentación que brinda el espectador. La pieza tuvo gran acogida, recibí criterios interesantes que me dieron un camino a seguir”, comentó al Portal del Arte Joven Cubano.

También la nombró con lo impronunciable. El título de aquella obra ha trascendido hasta el estreno de este dos de julio. En esa ocasión, el tríptico “Silencio” obtuvo un premio colateral de la UNEAC, lo que abría las puertas de la institución para este futuro aspirante de su membresía:

“Desde el punto de vista representacional, trabajo con la iconografía del ser humano sin boca o con la boca tapada, representando la ausencia de la comunicación. Pienso que todas las personas tienen silencios y secretos que solo ellos mismos conocen. Casi siempre mostramos una imagen y escondemos el resto. Esa ausencia de voz, esa forma interior, es la que me interesa plasmar en esta nueva serie”, confesó el joven plástico.

Para ello buscó minuciosamente la forma pictórica de representación más adecuada. La intimidad del dibujo como base terminó por convencerlo.

Le siguieron varios estudios del carboncillo sobre distintos soportes y, por último, renunció completamente al color, llevando a los extremos la reducción de su paleta cromática, ya cercana a los grises:

“En la exposición el público va a encontrar 13 obras de pequeño, mediano y gran formato, esencialmente en la técnica de carboncillo, polvo de grafito y acrílico sobre lienzo. Hay una obra en particular que emplea la técnica scratch board que realmente no la conocía, pero se adapta mucho a la forma expresiva que quiero dar”, reveló Lescay.

La Habana y Camagüey serán las próximas escalas de esta exposición. Un viaje habitual que se propone Alejandro Lescay con cada una de sus series, como forma de dialogar con el público.

Fuente: AHS

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